10/1/07

Nos encontramos en un bar


Me lo encontré en un bar, de esos tranquilos donde va la gente a pasar un rato con los amigos a compartir el corazón, ante un buen café.
Nos presentaron por causalidad y estuvimos hablando largo rato.
Tenía una mirada tranquila y a pesar de no ser un hombre muy atractivo, había algo en él que atraía.
Hablaba con suavidad...
“ que no os confundan. Que nadie os engañe. Que no os convenzan de lo que no es.
Nadie es diferente o superior a nadie. Nadie tiene la exclusiva de la espiritualidad, ningún sacerdote o maestro, puede conseguir para vosotros nada que vosotros mismos no podáis lograr. Lo que esto os prometen, son ciegos que conducen a otros ciegos...sus palabras están vacías porque no salen del corazón sabio, sino de mentes con ojos cubiertos de cera.
Desconfiad de todos los que os prometen salvaros y solucionar vuestros quebrantos diciéndoos que sólo ellos tienen la potestad de hablar personalmente con un Dios al que jamás han visto.
Desconfiar de todos los que revestidos de túnicas y adornados por mantos blancos, os intentan convencer de que sólo a través de ellos podréis hacer hermosa vuestra alma.
Que nadie os confunda ni os anule.
Vuestra alma ya es hermosa y sabia. Cada uno lleva dentro de sí todas las religiones y todos los dioses.
Si queréis encontrar a Dios, buscad dentro de vosotros mismos donde encontraréis la belleza más elevada. La energía pura que todo lo puede y la paz más sincera. No intentéis conseguirlo en los templos de piedra donde todo está adulterado y prostituido. Donde todo está al servicio de los que quieren manteneros con las vendas puestas en los ojos, para que el sentir del alma nunca vuele solo, sino bajo sus dictados.
Vosotros sois el autentico templo, donde todo lo sagrado vibra y donde toda fuerza reside. Comprender esto y descubrirlo dentro de vosotros os hará libres. Esta es la gran verdad que os ocultan: cada uno de nosotros somos la energía pura de Dios vibrando. Nada hay fuera de nosotros que no esté de igual modo en nuestro corazón.
Conoced esta verdad, la verdad, os hará libres.

Hablas con mucha autoridad, le dije...
Hablo con la autoridad que desde mi corazón emana, que desde lo que vivo y siento sale. Hablo con la autoridad de quien al quitarse la venda, “ve”.

Cómo te llamas, no me has dicho tu nombre...
Y él con la misma firmeza que todo lo anterior, me dijo: Me llaman Jesús, el de nazared.Quien soy no es impotante, sino la verdad que traigo.
Ya somos muchos los que caminamos con el sol sobre el rostro y la verdad como antorcha.
Me dió un abrazo grande y cálido al despedirnos y me dijo:borra de tu cabeza todo lo que te digo y sólo déjalo vibrando en tu pecho hasta que sea tuyo y no mío.... Si no para nada sirve y a nada lleva...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias!

Douglas JV dijo...

Tranquilidad.

Unknown dijo...

Cuenta más!!!!!

Monicatoon dijo...

hola! gracias x visitar mi blog.
Saludos.

1 abrazo ;)

Laura dijo...

La autoridad que emana de sus palabras tiene la fuerza de la verdad, la que libera y nos hace cada vez más perfectos.
Puedo preguntarte de dónde es esa foto? Me hace acordar a calles de NY o alguna de Londres.
Cariños

Anónimo dijo...

Shalom querida amiga: el relato que cuentas me cala hondo y me deja pensando el maravilla de ser corazón iluminado por la verdad que mora en silencio..mil saludos para ti..
Simjá

Amorexia. dijo...

Anoche conocia Jesucristo en un bar...
Hermoso blog.